martes, 17 de septiembre de 2013

Antonio Soler








Esto no es exactamente un lugar de trabajo, un sitio del que uno se va cuando lo marca el reloj. Esto es un lugar abstracto, un proyecto. Un recuerdo y un gajo de imaginación, igual que la materia con la que se fabrican las novelas. Los muebles son herramientas. Eso que se ve en la foto es un trozo de mi cerebro. El paisaje que veo cada día y que refleja ese otro paisaje que hay en el interior de mi cabeza. Es la traducción física de una maraña de ideas. Restos de viajes, biografía, pasos perdidos, hallazgos, futuro. Sala de máquinas. Yo soy el combustible, volátil. Sala de máquinas o cantera. O incruenta carnicería. En ese mostrador de madera va cortando uno sus pálidos filetes, día a día. Esa es la entrada a la mina a la que uno baja cada mañana a ver qué encuentra. Al final de la jornada entre la piedra pueden aparecer algunas pepitas de brillo incierto. Hasta ahí me ha llevado aquella ilusión, aquel laberinto acogedor en el que me perdía de niño cuando abría un libro de Emilio Salgari y aparecían los manglares de Malasia. Muchos de esos libros han vagado por varias casas, desvanes y guardamuebles, pero aún así formaban vigas importantes en mi vida. Algunos llevan conmigo casi medio siglo. Y aún así siguen siendo engranajes del futuro, piezas en las que fundamentar el porvenir. Son un calendario. El verdadero calendario. Y ahí sentado es donde paso las páginas.









© Texto y fotografía: Antonio Soler


Antonio Soler (Málaga, 1956) ha publicado las novelas Boabdil (Espasa, 2012), Lausana (Mondadori, 2010), El sueño del caimán (Destino, 2006), El camino de los ingleses (Destino, 2004; Premio Nadal), El espiritista melancólico (Espasa, 2001), El nombre que ahora digo (Espasa, 1999; Premio Primavera), Las bailarinas muertas (Anagrama, 1996; Premio Herralde; Premio de la Crítica), Los héroes de la frontera (Anagrama, 1995) y Modelo de pasión (Guadalquivir, 1993), la nouvelle La noche (Destino, 2005), los libros de cuentos Extranjeros en la noche (Edhasa, 1992) y Tierra de nadie (Caja General de Ahorros de Granada, 1991) y El ensayo Málaga, paraíso perdido (Fundación José Manuel Lara, 2010).


1 comentario:

  1. Nunca comento aunque sigo con fruicción este blog. Me encanta saciar mi fetichismo literario aquí. Es más incluso tengo un proyecto de colgar las fotos de los distintos lugares de escritura (muy mal, me estoy quitando) que he ido teniendo en homenaje a este blog. Gracias por este proyecto.

    ResponderEliminar