Querido Javier:
Aquí está el reflejo que se ve en la pantalla
apagada del ordenador.
Justo enfrente de mí permanecen las fotos de Franz Kafka y Albert
Camus mirándome fijamente.
–¿Qué haces? –me pregunta Albert.
–Nada –le respondo–, tratando de escribir una historia.
–Como siempre, ¿no? –Yo asiento con la cabeza.
De pronto interviene Franz para darme ánimos y tranquilizarme.
Cuando nota que estoy inquieto buscando alguna idea, me repite siempre
el mismo consejo:
–No es necesario que salgas de casa. Quédate a tu mesa y escucha.
Ni siquiera escuches, espera solamente. Ni siquiera esperes, quédate
completamente solo y en silencio. El mundo llegará a ti para hacerse
desenmascarar, no puede dejar de hacerlo, se prosternará estático a
tus pies.
También está Samuel Beckett con las gafas apoyadas en la frente,
como si descubriera el mundo a través de los pensamientos. Y Frida
Kahlo hopitalizada y sosteniendo en la mano una calavera de azúcar con
su nombre escrito en el cráneo. Me emociona el tajo de sandía que
pintó poco antes de morir en julio de 1954 y en el que escibió "Viva
la vida". Encima de Frida y la sandía descansa Billie Holyday. Al otro
lado de Billie está Marlene Dietrich que mira de soslayo a James
Joyce.
–Todo cabe en un cuarto –les digo. Y ellos se me quedan pensando
sin pronunciar ninguna palabra.
© Texto y fotografía: José Antonio Garriga Vela
José Antonio Garriga Vela (Barcelona, 1954) ha publicado las novelas Pacífico (Anagrama, 2008; Premio Dulce Chacón), Los que no están (Anagrama, 2001; Premio Alfonso García Ramos), El vendedor de rosas (Destino, 2000), Muntaner, 38 (Debate, 1996; Premio Jaén) y Una visión del jardín (Diputación de Málaga, 1985), los libros de relatos La chica del anuncio (Ayuntamiento de Málaga, 1993), El secreto de las ventanas (Litoral/Universidad de Málaga, 1991), El vigilante del salón recreativo (Miguel Gómez Ediciones, 1991) y El tercer día (Universidad de Granada, 1978), así como de los ensayos recogidos en El anorak de Picasso (Candaya, 2010). Es autor de las obras de teatro Formas de la huida (Premio Enrique Llovet, 1989) y Aquellas añoradas sirenas roncas y despeinadas (Premio Miguel Romeo Esteo, 1986), y columnista en los diarios Sur y El Mundo. Pertenece a la Orden de Caballeros del Finnegans, que cada 16 de junio celebra en Dublín el Bloomsday, en honor al Ulises de Joyce.
Sentirse tan bien acompañado mientras se escribe escuchando las voces de los grandes, debe ser toda una experiencia, no sé por qué me imaginaba el escritorio menos ordenado.
ResponderEliminarGenial, gracias por compartir este proyecto.
abrazos
vaya, ingeniosa trama
ResponderEliminarsaludos
Gracias, Loli, Omar, por los comentarios. ¡Abrazos!
ResponderEliminarAquí desde eldiario.es te citan http://elasombrario.com/2013/06/15/escritorios-campos-de-batalla-de-tres-escritores/ Muy interesante este proyecto.
ResponderEliminarGracias!
ResponderEliminarPor Dios, D. Jesús, ¡¡¡que tengo mono de nuevos escritorios!!! Es que ya los he visto y leído todos....
ResponderEliminarun saludo.
Endeavour.
Sólo apuntar que hay un pequeño error en el artículo citado: Jesús es escritor, no periodista...habrá que indicárselo.
ResponderEliminarEstupendo el proyecto, muy sugerente cada aportación sobre los propios lugares de trabajo de los escritores.
Saludos
Muchas gracias por el interés y la paciencia, Miguel Ángel. No te preocupes: te hago caso. Un abrazo,
ResponderEliminarJesús