jueves, 8 de noviembre de 2012

Miguel Ángel Arcas






Errático y ambulante, mi escritorio está allí donde estoy yo. En mesas distintas, en cafeterías, en estaciones de metro y tabernas, en lugares inhóspitos, en calles, mercados o algarabías. Escribo en una pequeña libreta que guardo en un bolsillo cerca del hígado, en papeles furtivos o servilletas, en tarjetas de visita, en hojas ya escritas, en los márgenes. Y escribo también en mi otra mano, la que no escribe. Espacio marsupial, pasillo del fantasma, apoyo volátil donde apunto, mi escritorio tiene la virtud arbitral de la invisibilidad. 

Dice de mí.








© Fotografía: Charles Olsen


Miguel Ángel Arcas (Granada, 1956), licenciado en filología hispánica por la UGR, es poeta, editor y gestor cultural. La editorial que dirige, Cuadernos del Vigía, recibió en 2010 el Premio Andaluz al Fomento del Libro y la Lectura. Ha publicado los libros de poemas El baile (Cuadernos del Vigía, 2002) y Los sueños del realista (Fundación Miguel Hernández, 2000, Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández). Sus aforismos vienen recogidos en dos libros, Más realidad (Pre-Textos, 2012) y Aforemas (Fundación Lara, 2004).

2 comentarios:

  1. Me parece el más hermoso de los escritorios: al que necesita escribir para vivir, le sirve cualquier soporte. Un cuaderno, un instrumento para escribir...la sencillez y belleza de lo que está por manifestarse mediante palabras.
    Saludos,
    Galatea

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  2. Bravo, Arcas, has dado con la esencia del escritorio, lo has destilado en la libreta. Un abrazo.

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