Cuando me disponía a fotografiar mi mesa de trabajo (200 x 90 cm), fue cuando me di cuenta de que mi mesa es en realidad dos mesas: la que veo si la contemplo de frente, con las tupidas estanterías de libros guardándole las espaldas, y la que se orienta de cara a la luz y a las ventanas que dan al jardín, libre de cualquier atadura libresca. En este estudio abuhardillado he pasado la mayor parte de los últimos doce años, con las posaderas bien asentadas en el confortable sillón giratorio, que me salva de un lumbago perenne, y la cabeza dividida entre los libros escritos por otros y los libros aún por escribir, en este caso por mí, si es que se tercia.
Esa idea de mesa de doble faz ha latido en mí inconscientemente desde que la coloqué ahí, aunque no la haya formulado hasta hoy. Si necesito consultar los libros (incluidos los diccionarios que guardo en un estante bajo y puedo alcanzar dándome un pequeño impulso con los pies, sin necesidad de levantarme), o acaso conciliarme con ellos abrazándolos con la mirada, están ahí, a mi lado, dándome aliento. Pero si lo que busco es irme lejos, allí donde se almacenan las historias aún por contar, los versos aún por construir, me basta mirar al frente.
Me gusta ordenar los libros por orden alfabético para poder hallarlos cuando los busco (y aún así compro algunos repetidos) y me gusta tener la mesa despejada, aunque no siempre sea posible: el portátil de talla XL, la impresora, el teléfono (para mitigar la soledad de vez en cuando), un bloc de notas, algunas plumas y rotuladores de punta fina y, cómo no, el atril heredado del que no me separo. Una mesa generosa, mucha luz y la compañía optativa de los libros.
© Texto y fotografía: M.ª Ángeles Cabré
M.ª Ángeles Cabré (Barcelona, 1968) vive entre el Ampurdán y la Ciudad Condal. Ha publicado una biografía del poeta catalán Gabriel Ferrater (Omega, 2002), y ha editado libros de aforismos de Oscar Wilde (Sobre el arte y el artista, DVD, 2000) y Quevedo (Migajas sentenciosas, Círculo de Lectores, 2004 y Espasa Calpe 2007), la novela El silencio (Caballo de Troya, 2008) y el libro de poemas Gran amor (Egales, 2011). A finales de 2012 publicará su segundo libro de poemas, Si se calla el cantor (Los libros de la Frontera /El Bardo). También se dedica a la traducción y a la crítica literaria, actualmente en el suplemento Cultura/s de La Vanguardia y en la revista Letras Libres.
como siempre, interesante nota
ResponderEliminarun abrazo
Un abrazo, Omar, gracias
ResponderEliminarViendo como es su rinconcito para escribir, no le extraña a uno que sea escritora. Es envidiable, evocador, perfecto. Debe tener usted una casa preciosa.
ResponderEliminarGracias por este blog, de verdad.
un saludo.