lunes, 10 de septiembre de 2012

Elvira Navarro







Tengo 34 años y me he mudado de casa 18 veces, lo que arroja una media de 1 mudanza cada 2 años. Por supuesto, y como todas las medias, esta es falsa; en una ocasión estuve 8 navidades en un mismo piso (desde mis 10 hasta mis 18), y a veces he cambiado de paredes y paisaje hasta 3 veces en 12 meses. Desde que nací ha sido así. En Moguer, donde estaba mi primera casa, no alcancé a respirar demasiada química de las fábricas de celulosa. Antes de tirar el calendario de 1978 a la basura, mis padres me arrancaron de allí y me dejaron cerca de Sierra Morena. Tampoco pude celebrar los 365 días que habían pasado desde mi natalicio escuchando historias de bandoleros. Me llevaron del valle pedregoso a una campiña de suaves lomas (ahí me quedé hasta los 4), y en 1.º de EGB estaba ya en tierras levantinas. Pero no voy a seguir haciendo números porque no es esa mi intención. Lo que quiero explicar con esto es por qué mando 2 fotos en lugar de 1: porque no soporto estar demasiado tiempo en ningún escritorio. Tengo que mudarme continuamente de habitación, ventana y pupitre. Tantas mudanzas han producido en mí una imposibilidad de permanecer en el mismo lugar (ignoro si es cierta mi conclusión sobre esta genealogía de habitáculos, pero al menos resulta verosímil). La fotografía de la izquierda corresponde a mi actual salón, y la de la derecha a mi estudio. Ahora me reparto entre ambas mesas.








© Texto y fotografía: Elvira Navarro



Elvira Navarro (Huelva, 1978) es licenciada en Filosofía. En 2004 ganó el Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid, y entre 2005 y 2008 disfrutó de una beca de creación en la Residencia de Estudiantes. En 2007 apareció su primer libro, La ciudad en invierno (Caballo de Troya), distinguido como Nuevo Talento Fnac. En 2009 publicó La ciudad feliz (Mondadori), que obtuvo el XXV Premio Jaén de Novela y el IV Premio Tormenta al mejor nuevo autor. Ha colaborado en revistas como El Cultural de El Mundo,  Ínsula, Letra Libres, Quimera, Turia o Calle 20. Ejerce la crítica literaria en  Qué Leer y en el blog La tormenta en un vaso, e imparte talleres de escritura. Fue incluida en la lista de los 22 mejores narradores en lengua española menores de 35 años de la  revista Granta.


3 comentarios:

  1. Elvira, Ramón Gómez de la Serna decía que dos mudanzas equivalen a un incendio. Si le hacemos caso a Ramón, me temo que llevas sobre tus espaldas nada menos que 9 incendios..., lo que te convierte en una auténtica superviviente. Besos. Fernando

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  2. Hola, Fernando. En mi caso debe de tratarse más bien de que no sé vivir si no hay incendios...

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  3. muy curioso la verdad, ¿para cuando el siguiente desplazamiento? incluso tal vez tengas cogido el tono, una sensación, como cuando te despiertas un segundo antes de que suene el despertador de la mesilla.

    un saludo

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